miércoles, 4 de diciembre de 2024

AMBIVALECIA

 El ser humano es incoherente por naturaleza. Cambiamos de opinión, de sentimientos, de creencias.

Lo que más me sorprende, es cuando estos cambios se dan varias veces en un periodo corto de tiempo, incluso en un mismo día. 

Estoy contenta, me siento muy bien, tranquila, en calma... y de repente mi cabeza decide que eso no es lo que queremos, que hay que activarse, que hay que buscar socialización con otras personas.

Un día, quiero ahorrar, pensar en el futuro, en comprar una casa, un coche, etc. Pero, al día siguiente, quizá eso ya no me interesa, lo que quiero es hacer un viaje a la otra punta del mundo y ya me preocuparé del futuro cuando llegue.

Un día, lo más importante en tu vida es el amor, la persona a la que quieres, o buscar a esa persona con la que quieres compartir tu vida, pero a lo mejor unos días más tarde, te importa más la estabilidad laboral, no tener preocupaciones, no sufrir por un posible desamor, tener una vida tranquila, un trabajo estable y una casa donde descansar y realizar las actividades que más te gusten.

Casi siempre que detectamos la incoherencia en otra persona, nos quejamos o se lo reprochamos. Pero lo cierto es que todos somos incoherentes, porque el contexto modifica cómo vemos las cosas y cómo queremos vivir o ser. 


Merece la pena vivir sin amar sólo por el hecho de no sufrir? Para quien no lo haya sufrido, seguramente ese pensamiento sea una locura. Para quien acaban de romperle el corazón, quizá sea la única forma de protegerse en ese momento. Los amigos cobran más importancia porque son su fuente de seguridad, su apoyo. Pero eso no quiere decir que, cuando vuelva a tener otra pareja, no vaya a dedicarle más tiempo y sus amigos puedan sentirse desplazados. Es esto incoherente? No lo es, simplemente su contexto cambia y la relevancia y prioridad de las cosas también lo hace.

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